domingo, 28 de septiembre de 2008

Normas Grupales

Quizá la característica más importante de los grupos es el establecimiento de normas sociales, es decir, líneas de conducta que regulen el comportamiento de los miembros de un grupo, tal vez no todos los aspectos pero si en cuestiones de importancia para el grupo.

Las normas no solo son importantes para comprender las actitudes y el cambio de actividad, sino también para comprender la motivación, el funcionamiento cognoscitivo, la socialización y muchos otros temas de importancia para la psicología social, así pues, varios autores se han dedicado a definir el concepto de normas, entre los que se encuentran:

  • SHAW. Personas que interactúan mutuamente. Cada una influye en todas las demás y es influida por ellas.
  • JHONSON Y JHONSON. Individuos que interactúan mutuamente, son interdependiente, se definen y son definidos como miembros del grupo, construyen normas de interés común, se influyen mutuamente y persiguen metas comunes.
  • SCHÄFERS. Consta de un determinado número de miembros, quienes para alcanzar un fin común, establecen un proceso de interacción. Es necesario un sistema de normas comunes y una distribución de tareas.
  • MUNNÉ. Agrupamiento dotado de una organización interna. La conducta de los miembros forma un sistema de roles y status; existen normas que controlan, objetivos que la dirigen y una conciencia de pertenencia al grupo.

Al igual que otras características de los grupos, las normas pueden ser formales y explícitas (escritas en normas, reglamentos o leyes) o informales e implícitas (no escritas, pero sí acatadas por los miembros del grupo). De acuerdo con McDavid y Harari, “las normas suelen ser mecanismos conservadores, que tienden como regla a mantener el status quo dentro del grupo. Su función es un tanto análoga a la del giroscopio, pues proporcionan el impulso que sirve para mantener al grupo en el curso que inicialmente haya adoptado. Por ello resultan de un valor funcional considerable en mantener la organización de un grupo, en preservar la estabilidad de su estructura y guiarlo por la ruta que lo lleve a sus objetivos”.

Otro punto de importancia aquí en relación con las normas sociales es que no suelen prescribir una conducta específica, sino que expresan los límites permitidos a la variabilidad de la conducta. Además, tales límites o latitud puestos a la conducta aceptable varían para los diferentes individuos de un grupo y, de hecho, para todos, los miembros del grupo en un periodo.

Como lo ha expresado Sherif y Sherif , las normas sociales “se refieren a todos los productos de la interacción social compartidos por los participantes y que reglamentan sus conductas como individuos. A decir verdad, muchas normas representan un ideal.

Finalmente, toda norma social conlleva algún tipo de sanción o forma de retribución utilizada por el grupo cuando hay violaciones o desviaciones. Las sanciones pueden ser moderadas o duras, al depender esto de la importancia que la norma tenga para el grupo. Por lo mismo, los límites de conducta permisible relacionados con cierta norma pueden estar sumamente restringidos o ser muy amplios, dependiendo esto de la importancia de la norma para el grupo.

Las sanciones pueden ser concretas y explícitas, como en las sentencias ya codificadas para crímenes como el asesinato o la violación. También pueden ser generales o implícitas. De este modo, “el ridículo, la burla pública y la amenaza de contar a la gente algo son sanciones en un sentido tan estricto como las leyes, la política y los juzgados” (Nisbert,).

En cuanto al tipo de normas estas se pueden caracterizar por marcar la conducta que debe realizarse, prescriptivas o la conducta que no debe realizarse, proscriptivas. Ser claramente expresas, explícitas o implícitas si no son claramente expresadas al interior del grupo. Formales si son expresadas conscientemente o informales si son expresadas de forma inconsciente. Institucionales si son establecidas por un líder o un agente externo mientras que si surgen de un proceso gradual son evolutivas o voluntarias si nacen de un proceso de negociación entre los miembros del grupo.

Dentro de la normas grupales intervienen dos factores en están determinados y condicionados por las normas grupales y su correcto funcionamiento. Estos son la cohesión, el liderazgo y el aprendizaje.

Un grupo cohesionado es una colección de individuos que actúan coordinadamente, logran buenos resultados y mantienen relaciones mutuamente satisfactorias. Se destacan varios factores de la cohesión:

Contacto: Conjunto de variables relacionadas con la intensidad o duración de la interacción.

Interdependencia: Grupos cuyas actividades requieren trabajar juntos.

Homogeneidad: La similitud aumentará el atractivo de las realidades compartidas.

Parentesco: Asegura el compromiso y la lealtad.

Por otro lado, el liderazgo implica un proceso de influencia entre un líder y sus seguidores. Los líderes son agentes de cambio (personas cuyos actos afectan a otras personas más, que los actos de éstas les afectan a ellos). El liderazgo se da cuando un miembro del grupo modifica la motivación de los demás miembros, por tanto los líderes serán los más influyentes en cuanto al logro de los objetivos del grupo. Finalmente, el aprendizaje cooperativo, abarca un enfoque de organización, según el cual, los individuos aprenden unos de otros. Este tipo de trabajo se puede ver claramente en los salones de clase, ya que las normas que establece la sociedad, marcan que debe existir un profesor, y ese profesor debe transmitir los conocimientos y experiencias a sus alumnos, que a su vez aplicarán los mismos en la vida cotidiana para el mejor funcionamiento de su sociedad.

Dos factores afectan la formación de las normas, una tiene que ver con la naturaleza del material que estimula a los participantes en una situación de grupo y la otra, con los antecedentes la experiencia previa de los participantes. Para entender mejor el proceso de formación de una norma podemos remitirnos a Sherif quien obtuvo 3 conclusiones respecto a la formación de normas:

1. Cuando una persona se enfrenta repetidamente a un estímulo ambiguo, crea un patrón en los juicios que hace sobre él. Además, la norma así desarrollada va ganando estabilidad.

2. Cuando una persona que ha desarrollado una norma estable vuelve a la situación con otros individuos cuyas normas difieren de la de él, con el tiempo los juicios de los grupos convergen hacia límites y modos comunes. He aquí una norma social creada mediante las interacciones individuales mientras se están emitiendo juicios en voz alta. No es obligatorio que la norma social constituya un “nivelador” de los juicios individuales y busque el “feliz medio”. En algunos casos la norma social es mayor que las normas individuales anteriores y, en otros, menor.

3. Después de que el individuo ha participado con otros en la formación de una norma, se le pide que emita juicios por sí mismo; sin embargo, incluso estando solo, continúa acatando la norma establecida en la situación de grupo. Se demuestra así que un producto social de la interacción humana (la norma) suele convertirse en la norma personal mediante la cual el individuo emite sus juicios.

Los antecedentes del individuo y sus experiencias previas son parte en la formación de las normas. Los individuos que se han enfrentado a una clase o tipo similar de estímulos tienden a crear normas que reflejen dicha experiencia; por ejemplo, que se considere deseable o indeseable, bueno y malo, en cierta medida se encuentra determinado por los estímulos a los que hayan estado expuestos. Como Sherif lo indica, en un país donde gran parte de las mujeres mida menos de 1.60 metros, una muchacha vigorosa de 1.75 será considerada demasiado alta; es decir, las normas sociales suelen reflejar la experiencia común de los individuos que las crean.

Algunas normas son más importantes que otras. En consecuencia, la flexibilidad para aceptar conductas varía, al igual que la severidad de los castigos aplicados a las desviaciones. En todos los grupos sociales existen normas sociales y, para volverse un miembro aceptado, el individuo ha de conformarse a ellas en mayor o menor medida.

El conocer las normas sociales de otra cultura provoca a veces tantos problemas como el no conocerlas. Por ejemplo en América Latina, las normas sociales respecto a la puntualidad son distintas a las presentes en Estados Unidos. En América Latina una invitación hecha para las ocho significa entre nueve y nueve y media. Ahora bien, cuando u estadunidense invita a sus amigos latinoamericanos, algunos aparecen a las ocho y otros a las nueve y media. Los primeros conocen las normas sociales estadunidenses respecto a la puntualidad, mientras que los segundos, quienes se atienen a la hora aceptada por las normas latinoamericanas, con frecuencia las desconocen.

Teniendo en cuenta lo anterior podemos definir las normas grupales de la siguiente manera:

“Leyes o pautas que son comprendidas por los miembros de un grupo y los guían, pero sin el matriz represivo de una ley. Se componen como expectativas compartidas acerca del comportamiento apropiado de los miembros. A veces la situación conlleva normas más o menos rígidas respecto al desempeño de roles, que chocan con las creencias particulares de los actores de esos roles. Las expectativas ligadas a los roles y la conducta de interacción, crean una compleja red de normas que rige toda conducta social de los individuos. Las normas sociales fijan modelos de acción que permiten el surgimiento de esas expectativas compartidas y en ese sentido son evaluativas”.

Como en cualquier situación, la comunicación es un factor imprescindible en las normas sociales y grupales, ya que es importante manejar el mismo idioma para que haya un entendimiento y en consecuencia, una interacción.

Las normas grupales surgieron de la necesidad de los individuos de vivir en armonía con sus semejantes; por tanto fue necesaria una comunicación para que la interacción los llevara a formular normas no castigadas por la ley, pero si por ellos mismos. Tales consecuencias pueden ser: exclusión del grupo, romper comunicación con esa persona, repulsión, entre otras. Es por ello que debe existir una buena comunicación.

Bibliografía

· Cuesta, Ubaldo. Psicología social de la Comunicación. Ed. Cátedra. Madrid, 2000.

· Raven, Bertram Herbert. Psicología social: las personas en grupos. Ed. Continental. México, 1981.

· Myers, David G. Psicología Social. Ed. Panamericana. Madrid, 1991.

· Cartwright, Dorwin. Dinámica de grupos: investigación y teoría. Ed. Trillas. México, 1971.

1 comentario:

George dijo...

Hola
Le agradezco su aportación, ya que me fue muy útil para nutrir una exposición con el tema de las normas grupales.
Excelente artículo.